Los primeros son llamados rompecabezas, aunque cada uno presenta una propuesta diferente. Son cinco:

Rompecabezas de colores: en este puzzle, el niño debe identificar colores y alinearlos para ayudar a Pingu a sacar la pelota fuera del túnel. Los bloques forman anillos que giran alrededor de un caño, y el niño debe pulsar las flechas hacia arriba o abajo, para orientarlos. Existen dos niveles de dificultad: tres bloques en el primero, y cinco en el segundo. La actividad contribuye a trabajar el reconocimiento de los colores, su nombre y escritura, además de la orientación en el espacio (arriba-abajo).

Rompecabezas de letras: esta actividad utiliza objetos cotidianos a fin de deletrearlos y explorar así la construcción de las palabras. En el primer nivel se muestra una imagen con su nombre, y el niño debe seleccionar la primera letra. En este caso, basta con identificar la forma de la letra. En el segundo nivel, en cambio, aparecen los guiones correspondientes a las letras, y hay que colocarlas una por una. Este puzzle contribuye a que el niño reconozca distintas letras y su sonido.

Rompecabezas de sonidos: se trata de un juego de apareamiento, para relacionar objetos y sonidos. En el primer nivel, se ve el objeto y en el segundo hay que apelar a la memoria visual (como en el clásico memotest), para relacionar los sonidos.

Los juegos también son cinco:

Tenis de pesca: los niños deben poner en juego la coordinación ojo-mano para tomar un pez que va de un lado al otro de la red. Si a uno se le cae el pez, el otro jugador consigue un punto.

Corriente de hielo: Pingu debe cruzar el río saltando sobre bloques de hielo que se mueven.

Tiempo de música: en esta actividad, los niños pueden tocar música y cantar una serie de canciones infantiles previamente grabadas. También pueden grabar y reproducir sus propias composiciones, cambiar los efectos sonoros y ver escrita su música con notas en un pentagrama. Esta actividad permite a los niños explorar el proceso de la creación musical, los familiariza con el teclado y con la representación de las notas en el pentagrama.

Bloques de construcción: se trata de un encaje:los niños tienen que introducir las formas en el contorno de un objeto seleccionado al azar.

Laberinto de nieve: el niño conduce a Pingu a través de un laberinto y recoge una serie de objetos que va encontrando en el camino, para utilizarlos en una composición gráfica. Pingu se mueve con las flechas del teclado, con lo que se desarrolla la orientación en el espacio.